viernes, 13 de marzo de 2015

MISA DOMINICAL - 4º CUARESMA

15 de Marzo de 2015  -  Domingo IV de Cuaresma - Ciclo B

(Preparan la misa el grupo de 2º de confirmación - catequista Mª Carmen)

1.     MONICIÓN DE ENTRADA

Estamos ya en el cuarto domingo de cuaresma. Todos los días, si miramos con atención a nuestro alrededor, nos podemos encontrar con muchas cosas que nos hablan de Dios, pero para verlas, hay que tener los ojos bien abiertos y, sobre todo, que sean sensibles al amor de Dios.
¡Cuántas personas que dicen verlo todo, y no ven lo esencial! ¡Cuántas personas que dicen saberlo todo, y desconocen lo más importante!
Creer en Dios es la respuesta a su inmenso amor, es un acto de amor. La calidad de las personas se mide por el amor, por la relación entre ellas, por la solidaridad….
Que nosotros, camino hacia la Pascua, pidamos a Jesús que nos abra los ojos a la fe, a su presencia, a su amor  y, sobre todo, que nos cure de las cataratas que nos impiden caminar con El, verle en medio de nosotros y creer en El.



2.     PENITENCIAL

2.1. En mis relaciones con las personas, con la naturaleza y con Dios ¿busco primero y ante todo mi propio bien, imponer mi punto de vista… o me acerco con actitud abierta, acogedora, dispuesto a reconocer la situación, el ofrecimiento o la necesidad de los otros?. SEÑOR, TEN PIEDAD

2.2. Mis diferentes relaciones ¿me ayudan a crecer, me animan a la generosidad, a abrirme, a comprometerme por lo demás? CRISTO, TEN PIEDAD

2.3. En mis diferentes relaciones concretas de cada día, ¿soy estímulo de vida y de ganas de vivir, acompaño en los momentos problemáticos, comparto sus alegrías, dedicando tiempo y atención a sus vidas? SEÑOR, TEN PIEDAD


3.      LECTURAS

Las lecturas de hoy intentan llevarnos a la luz. En la primera veremos como el pueblo, a pesar de sus pecados, cuenta con otra oportunidad por parte de Dios. En la segunda, San Pablo, nos recuerda que nuestra salvación viene como consecuencia de haber sido salvados en Cristo. Finalmente, el Evangelio, nos recuerda que Dios nos ama con locura. Tan sólo nos pide que, en la cruz, seamos capaces de descubrir lo mucho y cómo Él nos ama.

2ª Crónicas 36,14-16.19,23 /Salmo 136,1,1-6/ Efesios 2,4-10/  JUAN 3,14-21



4.     ORACIÓN DE LOS FIELES

4.1 Por la Iglesia. Para que nunca olvide que la Salvación que Dios nos trajo, la debe de llevar –sea como sea- a todos los hombres y mujeres del mundo.  Roguemos al Señor.

4.2. Para que nos fiemos más de Dios. Para que los hombres descubran el amor tan gigantesco que Dios nos manifestó al dejar crucificar a su hijo en la cruz. Roguemos al Señor.

4.3. Pedimos al Para que seamos conscientes de nuestros errores. Para que, con una buena confesión, nos preparemos bien a la próxima Semana Santa. Roguemos al Señor.

4.4. Para que hagamos de cada Eucaristía una gran fiesta. Para que demos gracias a Dios por lo mucho que nos quiere y nos perdona. Roguemos al Señor.

4.5. Por nuestros difuntos. Por los que no miran a la cruz. Por los que maldicen el nombre de Dios. Para que vuelvan a descubrir la luz de Dios. Roguemos al Señor.



5.     OFRENDAS

5.1. SEÑAL DE PASO DE PEATONES Cuando un conductor ve una señal de paso de peatones sabe que por ahí tienen preferencia las personas antes que los coches.
Nosotros también debemos ver esta señal en nuestro camino hacia la Pascua, ver que lo importante son las personas que tenemos alrededor y nuestra relación con ellas y que esta relación tiene que estar basada en el amor que Jesús nos transmitió, un amor gratuito y un perdón sin condiciones.

5.2. TROZO DE CORAZÓN Nuestro corazón que al principio de la Cuaresma era blanco, estaba vacío y era duro como una roca, se va cambiando gracias a la oración y al infinito amor que Dios nos tiene.

5.3. PAN Y VINO – Con el pan y el vino, acercándonos a jueves Santo, damos gracias a Dios por haberse quedado con nosotros en el altar. Que la comunión nos dé fuerzas para distinguir entre el bien y el mal.




6.     ORACIÓN, FINAL

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.

Sé el que apartó la piedra del camino,
el odio entre los corazones y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo;
pero hay, sobre todo, la hermosa, la tan inmensa alegría de servir.

¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!

Que no te llamen solamente los trabajos fáciles.

¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!

Pero no caigas en el error
de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos;
hay pequeños servicios que son buenos servicios:
adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
 
Aquél es el que critica,
éste es el que destruye,
tú, sé el que sirve.

El servir no es faena de seres inferiores.

Dios, que da el fruto y la luz, sirve.

Pudiera llamársele así: «El que sirve».

Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos
y nos pregunta cada día:
«¿Serviste hoy?
¿A quién?

¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?»

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